El árbol de espinas en forma de cruz es uno de los símbolos más enigmáticos del Santuario de la Santa Cruz en Querétaro. Este peculiar árbol crece en el mismo sitio donde, según la historia, los indígenas otomíes se rindieron ante las tropas españolas en 1531, impactados por la visión de una cruz celestial en el cielo. La leyenda cuenta que, como señal de conversión, brotó un árbol cuyas espinas tienen forma de cruz, recordando el sacrificio de Cristo.
Con el tiempo, este árbol se convirtió en un símbolo de fe y devoción. Cada año, miles de peregrinos visitan el santuario para contemplar sus espinas y venerar la cruz sagrada. Muchos ven en este árbol una prueba de la presencia divina y un llamado a la fe. Sus espinas en forma de cruz se consideran un milagro que ha perdurado a través de los siglos, siendo motivo de reflexión para los creyentes y una atracción mística para los visitantes.
Hoy, este símbolo natural es compartido tanto por el Santuario de la Santa Cruz como por el Colegio Universitario de la Santa Cruz (CUSC), los cuales preservan y enseñan este importante legado histórico y espiritual de Querétaro.